domingo, 22 de mayo de 2011

SOBRE CÓMO EMPEZÓ EL AÑO DEL TTR...

Empatando, perdiendo y ganando, en ese orden de medianía, sin sobresalir ni por lo malo ni por lo bueno, el TTR inauguró el Apertura 2011. Hubo inicios peores, bastante peores, a qué negarlo. Este año podríamos afirmar que se arrancó de forma regular.

El primer partido, ante El Faro, fue desigual, con momentos de buen despliegue y otros en los que se zozobró y debió aguantarse el consabido apedreo de rancho. Quedó al final un regusto de satisfacción por un resultado que pintaba peor y se remontó, por dos veces, con más sudor que fútbol. Los amarillos terminaron boqueando, echando espuma por la boca, pero no perdieron. Resultado: 2 a 2.

Con Manantiales faltó sangre en el arranque. El TTR no encontró el concierto de sus líneas, el fútbol y la tranquilidad apropiados para plantarse bien en el campo, y dio ventajas ante un rival que corrió y presionó mejor. Se jugó mal, para decirlo en castellano antiguo. Los intentos desesperados del complemento no alcanzaron para doblegar a la defensa adversaria y se quedó en la puerta, perdiendo, para no sentir nostalgia de lo que eso significa. Resultado: 2 a 1.

Este domingo, 22 de mayo de 2011 para ser bien precisos, se ganó y se ganó bien. No con holgura, no con virtuosismo, no con lujo. Se ganó con orden, con prolijidad en el manejo de la palota, con relevos oportunos. Una jugada desafortunada de la defensa rival permitió al elenco rocketero pasar arriba en el marcador. No conformes con esto, los jugadores del TTR insistieron, elaboraron fútbol y pudieron haber alcanzado algún tanto más. Se desperdiciaron varias oportunidades.

El primer tiempo terminó 1 a 0. Sin embargo, más allá de esta circunstancia, los 40 minutos iniciales pasarán a la historia de este equipo por el acrobático intento del Canario de conectar una pelota aérea de chilena. De chilena, sí señores. Pelé, Maradona y Messi juntos no habrían logrado dar una muestra tan conmovedora de fe en lo imposible, de amor a este juego, de dignidad deportiva, como la que regaló el Canario haciendo esta prodigiosa maniobra.

El Canario, el inmenso Canario, con sus años a cuestas y su voluntad intacta, despegó toda su humanidad del suelo –humanidad nada pequeña, por cierto-, tiró la patada en el aire y cayó al piso. Tembló entonces la tierra. Un movimiento telúrico sacudió el predio entero de la Liffa y todas las cabezas que allí se encontraban giraron en redondo para ver esa acrobacia, ese elevamiento fantástico, ese insulto descomunal a las leyes de la física.

Una pena que la jugada no haya tenido destino de gol. El intento, sin embargo, quedará grabado para siempre en las retinas de este plantel como un hito memorable. “Ahora joden, pero si lo metía me levantaban en andas”, dijo el Canario, una vez terminado el partido. Tiene razón.

También quedará en la memoria por una jugada en la que Acho, también conocido como El Lacho, se descolgó de los previsible con una serie de enganches magistrales con que apiló rivales y aplausos de sus compañero. Además de repetir la solvencia defensiva a la que nos tiene acostumbrados. Por su actuación de hoy este cronista le da al lateral izquierdo del TTR un diez y el premio “Carpincho Reseco” al jugador del partido.

Del segundo tiempo debemos mencionar el gol del Negro Sena, que definió bien y enmendó, de ese modo, algunos tiros errados en la primera parte para consolidar la victoria amarilla. Resultado: 2 a 0.

Con este marcador, el equipo se entrevara en la tabla y da indicios de que puede pelear instancias definitorias si se lo propone. Esto recién comienza.

(En la foto: Tercer tiempo. Tomando cerveza fría, los jugadores del TTR se congratulan del triunfo y analizan, mirando en lontananza, las posibilidades del campeonato)