Remada importante

Se arrancó mal y las perspectivas eran negras. El TTR perdía sus tres primeros partidos. Los integrantes del equipo se cuestionaban unos a otros. Se insultaban y hasta casi se iban a las manos. El tema es que no estamos practicando, se decía, no estamos concentrados, hay que aflojar con la joda, con la noche. Pero la realidad es que este equipo, aún en sus mejores momentos, nunca estuvo concentrado, jamás estos rejuntados se privaron de las vueltas propias de un sábados a la madrugada, frecuentando los tugurios más deplorables. Así era habitual encontrarlos en El Castillo, la Zanja de Chávez, y otros locales de dudosa honorabilidad.
El tema no era ese, no eran las prácticas ni la concentración. El tema eran los asados de los viernes; habían dejado de ser tradición. La mamúa general, el espíritu de equipo exacerbado, el sentimiento de comunión que se exalta en las últimas horas de la noche, rebosados por el whisky.


Un día, entonces, se refundó el equipo. Se concretó el postergado asado, la cerveza circuló , se llenó el parrillero de humo (regreso a la sede oficial), y se escucharon alaridos desafinados, elevadas consignas sobre el aguante de este equipo. Se entregaron los uniformes y nadie dudaba de la victoria del domingo. El domingo todos lucían los equipos nuevos, ajustados hasta la humillación, y aguantaban la respiración para ocultar lo inocultable: la flácida busarda. El domingo todos se daban aliento y ya auguraban la victoria inexorable. Y se perdió. El tercer partido confirmaba una racha negra. Pero era palpable que había otro aire. Algo falló.
Faltó el kayak, fue eso. Al domingo siguiente se llevó el Kayak Rocketero y se estrenó Técnico. Santiago Pérez, filósofo del fútbol, de la vida, se estrenó en la conducción técnica. Ahora sí, se ganó. SE GANÓ. El TTR volvía a la victoria pese a los pronósticos que proyectaban el desbarranque total. El domingo siguiente, con dudas de que el partido anterior fuera mera casualidad, se jugaba contra el primero de la tabla: 2ª Pelota. El Kayak fue y se volvió a ganar; esta vez, por un resultado más holgado. El equipó empezó a mostrar destellos de buen fútbol, pero sobre todo, de amor propio, de huevo.
Sí, esta manga de rejuntados, ventrudos y facinerosos, adoradores del alcohol, del sexo pago y los oréganos afganos, revertía la racha. El TTR está de vuelta. No se sabe si dará pelea, si ganará algún otro partido o todos. Pero los asados de lo viernes volvieron para quedarse. Y el espíritu del equipo está intacto.
Vamo el Tiki Tiki
Carajo

Resultados.
TTR 0, Unión 1.
Estudiantes 4, TTR 2.
TTR 1, La Mutual 3.
Roma 0, TTR 1.
TTR 3, 2ª Pelota 1.